Montaña de Luz

Montaña de Luz, un hogar de Ecoespiritualidad en los Andes ecuatorianos.

En un mundo donde el cambio climático avanza inexorablemente, la deforestación devora nuestros bosques y la contaminación asfixia nuestros ríos y océanos, es imperativo replantearnos nuestra relación con el planeta.

Cada día, los ecosistemas se desmoronan bajo el peso de la actividad humana, llevándonos al borde de un abismo ecológico. Ante la irresponsabilidad humana, ni el capitalismo, el socialismo o el comunismo han podido, a lo largo de la historia, fomentar una convivencia pacífica y armoniosa entre el hombre y la naturaleza.

En este océano de crisis ideológica, moral y cultural, donde las sombras del egoísmo y la avaricia han oscurecido los corazones, el universo nos llama a despertar. Es hora de recordar las enseñanzas de los sabios de antaño, de nuestros ancestros, es hora de rescatar los valores olvidados y renacer en armonía con la naturaleza.

Por ello, en un rincón sagrado del planeta, donde las montañas se elevan majestuosas, el viento canta su eterna melodía y las nubes juntan el cielo con la tierra en el horizonte, se alza un refugio de esperanza y renovación: la Montaña de Luz, un proyecto que nació con la misión de ser un faro en la oscuridad, un hogar de ecoespiritualidad, que tiene como guías al respeto, la armonía, el crecimiento equilibrado y el desarrollo sustentable.

Aquí, en el corazón de los Andes ecuatorianos, continuamos una historia que comenzó hace más de un cuarto de siglo en la provincia ecuatoriana de Manabí.

En Manabí, a través de «Alándaluz» -un proyecto ecológico, inédito en su momento- y «Cantalapiedra» -un reducto de conservación de la naturaleza-, sembramos las semillas del cambio. Cultivamos la tierra con amor, construimos con respeto, y educamos para un futuro sostenible. Allí, cada acción se entrelazó con la naturaleza, cada paso fue un tributo y un canto a la vida.

En Manabí, la solidaridad y la cooperación fueron actos de amor que unieron a los pueblos cercanos y dejaron una huella indeleble en la sociedad, y ahora, en Montaña de Luz, la esencia de estos proyectos florece radiante en un abrazo entre la Madre Tierra y su gente, acompañados de la música del silencio.

Montaña de Luz es una visión donde el hombre y la naturaleza danzan al unísono y en equilibrio, creando un legado de respeto, armonía y cuidado para las presentes y futuras generaciones.

Aquí, en el corazón de los Andes ecuatorianos, donde la naturaleza respira en paz, el hogar de ecoespiritualidad Montaña de Luz, florece como un oasis de esperanza, equilibrio y renovación.

Aquí, donde una vez hubo un agreste monte, hoy emerge un armonioso jardín botánico, junto a un arco iris clavado en la tierra, gracias a miles de plantas ornamentales, frutales y huertos orgánicos sembrados, que dejan ver, incluso a la distancia, un maravilloso espectáculo natural.

Aquí, en Montaña de Luz, cada rincón es un testimonio del respeto, equilibrio y amor hacia la naturaleza. Aquí, en nuestro compromiso para combatir el cambio climático, hemos restaurado el medio ambiente y practicado la arquitectura sostenible en todas nuestras instalaciones: en el restaurante, en las cabañas del eco-hotel y también en el Tao, donde se armoniza el espíritu y se busca curar el alma, en el proceso para sanar el cuerpo.

En Montaña de Luz abrazamos una convivencia respetuosa y responsable con todos los seres vivos.

Más de 38.000 plantas sembradas por la comunidad Montaña de Luz, han hecho del lugar un santuario donde la vida florece en perfecta armonía. Cada planta, cada flor, cada fruto, son cuidados con pasión y respeto, creando un entorno que inspira, enseña y compromete.

Pero, en la Montaña de Luz no sólo creamos vida, ayudamos a otros a preservarla y por ello, nos hemos convertido en el hogar de 1.500 orquídeas, que crecen radiantes junto al Jardín San Francisco, uno de los varios espacios de paz que integran las 42 hectáreas, que comprenden Montaña de Luz.

Además, en Montaña de Luz, la salud y la sostenibilidad se entrelazan. Practicamos la alimentación responsable, cultivando nuestras propias huertas orgánicas, que nutren el cuerpo y el alma. Cada alimento es preparado con amor y respeto en nuestro restaurante, celebrando y agradeciendo a cada momento la abundancia de la tierra.

Pero nuestro compromiso no termina aquí. Involucramos a la comunidad, trabajamos en armonía con los habitantes de Pablo Arenas y otras localidades cercanas. Promovemos buenas prácticas y beneficios económicos, respetando el ecosistema y fortaleciendo el sentido comunitario.

En Montaña de Luz, es esencial cuidar el espíritu para vivir en armonía. En un mundo dominado por el consumismo, el cultivo de la espiritualidad nos ayuda a encontrar un sentido más profundo y significativo a nuestras vidas.

Por medio de distintas terapias de sanación, exploramos la conexión con el ser interior en busca de la paz, la sabiduría y la compasión necesarias para enfrentar los desafíos de la vida con equilibrio y serenidad.

La meditación, la reflexión, el uso de la música y el temazcal como medio terapéutico y espiritual, en busca de la conexión interior y de vínculo con la naturaleza, son prácticas que nutren nuestra esencia más profunda, permitiéndonos sanar desde dentro.

Al cuidar el alma mejoramos nuestra salud física, mental y emocional, y, además, cultivamos una mayor empatía y respeto hacia los demás seres. Por ello, en Montaña de Luz cuidamos las fibras más íntimas del ser humano, fomentando la transformación personal como agentes de cambio social.

En Montaña de Luz, cada acción, cada gesto, es una semilla de esperanza, aquí cultivamos un legado de amor y respeto hacia nuestro planeta, y buscamos iluminar el camino hacia un futuro sostenible y armonioso. Únete a nosotros, y juntos construyamos un mundo donde la luz de la esperanza nunca se apague.